Koora (del gr. territorio) Linax

" Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara." (Epílogo de -El Hacedor- Jorge Luis Borges)

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miércoles, 25 de mayo de 2016

Al amanecer se le llama Aurora

Lucía caminaba por esa bondad invisible entre el mar y la arena, despertándose en ella un sentimiento oceánico desde la Ensenada hasta el Faro. No siempre lo percibía, pero esa ruta le forzaba a llevar más oxigeno a sus pulmones; eso le hizo recordar el primer encuentro con Regla, cuando le sugirió esos recorridos al amanecer. Fue ella quien la animó a participar en el grupo de senderismo "Llega como puedas", que organiza rutas por esa zona casi todos los fines de semana.

Las dos vivían en un destierro solado de historia y naturaleza. Una lujosa herencia de emociones oceánicas y cimientos de memoria. La ciudad romana frente al mar movía silencios empapados de soleá agujereada por el tiempo. Majestuosa, contempla el compás de la olas durante siglos, pemaneciendo cabal en su sitio. No son santos del cielo quienes la guardan sino dioses de piedra y arena. Una delicadeza caliente es quien la clava a un Enigma callado de tanto sol, sal y viento, como el signo más puro de vida eterna. Una nobleza generosa que esculpe la felicidad aún no terminada.



Regla heredó de una tía abuela una casita cerca del Faro. Desde allí trabaja para la revista Gioconda; aunque su escape "divino" es la poesía objetual. Su hermano Paco se vino a vivir con ella cuando lo trasladaron a trabajar al Parque Eólico de Tarifa; su imagen entre rockabilly y cowboy sureño, nada tiene que ver con un técnico de alta y baja tensión en aquellos Eolos gigantes: Es un manitas de los de toda la vida. Él le fabricó esa especie de artilugio que tiene instalado en un pequeño parterre cerca de la casa; de ese artefacto, que llaman "El Disparate" cuelgan objetos, frases escritas... a modo de pensamientos votivos.

 
Lucía es profesora de Historia en un I.E.S. de Tarifa pero le gusta vivir en Bolonia, ahora tiene alquilado un apartamento junto a la farmacia. Ya le dijo Remedios la farmacéutica, que no se preocupara por no tener coche para ir al pueblo, pues siempre había alguien que se desplazaba por cualquier motivo, sólo era cuestión de ponerse de acuerdo con algún vecino. Dos días a la semana es voluntaria en el Centro de Acogida para Inmigrantes "La Rosa de los Vientos". Por temporadas padece una somatización que le impide respirar profundamente como si un puñal imaginero le entrecortara el aire. 
 
 


La indigencia de amor cuando no encuentra acogida, se instala en un espacio limitado o tropieza con infinitas barreras. Y ha de justificarse con multitud de términos, sentimientos, o tratado como una enfermedad secreta, de la que liberarse. Se ha ido encontrando en un espacio vital sin alentar como pájaro asfixiado... En el principio era el verbo, dijo Juan; soplo, palabra... el futuro realizándose descubre un espacio infinito de libertad: La que el amor otorga a los esclavos.



Un domingo finales de mayo el grupo Llega como puedas empezó la marcha sobre las siete de la mañana y en esta ocasión se integró el hermano de Regla. Como en otras ocasiones al llegar al Faro descansaron y cada senderista leyó un texto o lo que sea para compartirlo con los demás. Era una forma de farear la ruta de la misteriosa Ensenada. Fue Paco el primero en leer unas frases,

Pienso en la torre primordial como mi axis mundi o el punto del mundo que gira.
Vivo la vida en círculos que se extienden, 
que cruzan el mundo.

Quizá complete el último,
Pero me entrego a él.

Me muevo en círculos alrededor de la torre primordial.
He estado moviéndome en círculos durante miles de años,
y todavía no lo sé: ¿soy un halcón, una tormenta. o una gran canción?

-Paco, hijo, qué hondo eres. No sé si será por mi hipoacusia pero tus palabras han sido un oyeo venido de lejos; suena igual que el viento entre estos pinares... -respondió su hermana al texto que acababa de leer.

Lucía sintió un asalto, una ilusión de seguirle el verso y entonces arremetió ella al compás con el suyo, 

Soy una mujer que entiende
El apagado entusiasmo
El desconsuelo de siglos
Y sin embargo es posible
Desliar la noche
Para tensar la aurora

-¿Me daréis vuestros textos o alguna figurilla para colgarlo en El Disparate? -lanzó como una proclama isíaca, Regla.

-Sí, yo he traído un caballito de mar que me regaló un niña el día del maestro -dijo Lucía.

-Y aquí tienes un emblemático del Camarón "Como el agua",  para que le corra algo por las venas a ese Frankenstein disparatado  -sentenció Paco.

Al lunes siguiente el Figura -así  llamaba Regla cariñosamente a su hermano- se ofreció para acompañar a Lucía en coche muy temprano pues los dos iban en la misma dirección. Los primeros rayos de sol caían sobre el Limes fronterizo de Europa. Callada y perenne quedaba la ciudad romana atrás.

-¿Te molesta que ponga música? Siempre la escucho de camino al trabajo, es una manera de abrir el día -le dijo a Lucía mirándola de reojo. -No, que va, seguro que yo también me animo -respondió, algo inquieta.

Al amanecer, y al amanecer
Se le llama Aurora
Al amanecer, y al amanecer
Mi corazón se enamora.

Ni tuyas ni mías
Nunca hubo entre nosotros
Una palabrita fría.

Amanecer, y al amanecer...

Secretos del corazón
Sólo el corazón lo sabe
Sólo él sabe qué es amor
Amanecer, y al amanecer.

(Del amanecer. José Mercé)




¡Oh, pensamiento meridional, la guerra de Troya se libra ahora  lejos de los campos de batalla! Y también esta vez, los muros terribles de la ciudad moderna caerán para entregar, "alma serena como la calma de los mares", la belleza de Helena. Albert Camus. 1948



 

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